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CON ALGO DE CAMBOYANOS

En la semana del 8M, el equipo de Russo, con mucho en contra, el caos dirigencial, el no cobrar sus sueldos, el arbitraje de Falcón Pérez y el tener que jugar casi 90 minutos con uno menos, logró quedarse con el pase a cuartos de final frente a Tigre en un partido que, por la entrega y el sacrificio, nos hizo recordar aquellos camboyanos que tanto orgullo nos provocaron.

Una hermosa tarde, un marco de gente que colmaba el Gasómetro con una mezcla de euforia y esperanza como hace mucho tiempo no se veía. El Ciclón por fin iba a jugar hoy una instancia importante: tratar de estar entre los ocho mejores del torneo. En el primer mata-mata, San Lorenzo, con el equipo que más le gusta al técnico, salió a la cancha. Tal vez influenciado por el fervor de la gente, y desde el primer minuto, dejó en claro que sus intenciones no eran ir a los penales, sino jugar y ganar durante los 90.

Y a los 3 minutos, Báez la jugó para Braida por el sector izquierdo. Jordi corrió hacia el centro de la cancha y, de tres dedos, la cambió de frente para el pique de Ezequiel Cerutti, quien la adelantó y, cuando todos creímos que le quedaba larga, la pinchó para la entrada de Vombergar que, con el arco libre, convirtió el primer gol de San Lorenzo. ¡Gran jugada y el partido no pudo empezar de mejor forma! 

El equipo no se quedó con el gol, no se conformó y siguió atacando. Unos minutos después, Herrera, desde afuera del área, puso en apuros al arquero Zenobio, quien debió volar para desviarla al córner. San Lorenzo era más, lo mostraba en el campo, presionaba alto y parecía que la tarde iba a ser completa, pero apareció un pero.

En un córner para San Lorenzo, la jugaron corta y terminó en un centro de Iker que fue despejado por un defensor. La pelota quedó para Tripicchio, quien la jugó atrás para Irala. Elián la recibió incómodo, pero tuvo tiempo de pasársela hacia atrás al arquero o hacia su derecha a Báez. En cambio, quiso dominarla y fue apretado por Russo, quien se la robó y encaró para el arco. El Mosquito lo tomó de la camiseta. Infracción y tarjeta roja. Todo lo bueno que había construido San Lorenzo parecía esfumarse en la inconciencia de un chico del club, es verdad que ya tiene 60 partidos en primera, pero que tiene 20 años y le falta aprender mucho. Iban 12 minutos y quedaba una vida por delante.

A partir de entonces, Tigre se hizo dueño de la pelota. Pero San Lorenzo lo esperó muy bien; el técnico retrasó a Muniain a jugar al lado de Tripicchio, con Braida y Cerutti bien parados de volantes, y solo Vombergar quedó para algún posible contraataque. Aunque su sacrificio no alcanzaba para tapar la salida de Tigre, de todas formas, el buen parado del equipo hizo que los de Davobe no tuvieran demasiadas situaciones, que obviamente tenían que llegar por la diferencia numérica. 

Y cuando Tigre llegó, el arquero Gill empezó a convertirse en figura, primero ante Russo, quien recibió un centro en el área chica y sacó un zurdazo alto que Orlando, con una mano, logró repeler. La pelota le caía al propio Russo en la cabeza, pero el vuelo de "El Tonga" Hernández logró desviársela y, cuando le llegaba a Saralegui, Báez la pudo tirar al córner. Triple salvada a los 20 minutos del primer tiempo.

El Ciclón, ante todo, tuvo orden. La pelota era de los de Victoria, pero casi todo el tiempo en campo propio, o apenas llegando al medio. Los problemas más graves venían por el adelantamiento de los dos marcadores de punta. Cerutti se desdoblaba para ayudar a Herrera, y Braida, que había ido a jugar al lado de Tripicchio, pasando Muniain a la punta, volvió a su sector y evitó la subida del otro lateral. 

Tigre siguió yendo, pero ya no hubo muchas jugadas de peligro: un tiro libre de Sosa, que fue anulado por una falta a Muniain, a los 38 minutos que Orlando Gill descolgó del ángulo. En la última jugada del primer tiempo, el arquero salió mal. ¿Salió mal? Apenas rozó con su puño la pelota, pero se reivindicó al tirarse encima de ella y evitar el peligro. La pregunta es qué hubiera pasado si su puñetazo fallido no hubiera sacado la pelota de la cabeza a Sosa, quien era el destinatario del centro.

El equipo se fue al descanso con la gente cantando como hace mucho que no se ve al terminar una primera etapa.

Sin cambios para el segundo tiempo, era de esperar que el equipo de Russo siguiera con la misma postura, pero a los 4 minutos una buena combinación de la visita cambiando de frente y ante los errores de los dos marcadores de punta, Fértoli la empujó al empate cumpliendo con la ley del ex. 

Para colmo el árbitro Falcón Pérez hacía pensar a muchos que se dedicó a inclinar la cancha cobrando o dejando de cobrar lo que se le antojaba. 

Tigre intentaba ir, tuvo algunos acercamientos al área y no mucho más que eso, porque el partido, a los 22 minutos cambió, Russo mandó a la cancha a Cuello y Reali por un Vombergar agotado y de Cerutti, quien estaba amonestado y le seguía protestando al árbitro. ¿Por qué el ingreso de Cuello cambió la tónica del partido?  Porque ya la presión era más alta, como si el equipo tuviera 11, y ya la pelota no salía limpia del fondo, porque Cuello, ayudado muchas veces por el entusiasmo de Muniain, perseguía a todos los defensores, iba a buscar todas las que podía y no se cansaba. Ponía el cuerpo con ganas. Todavía tenía piernas frescas y obligaba a dividir la pelota. Esto, sumado a que cuando lograba dominar la pelota en tres cuartos de cancha, el equipo podía descansar unos segundos en él, porque la entretenía todo lo que podía para que no volviera a convertirse en un ataque de Tigre. 

El partido se iba directo a los penales; el de Victoria ya parecía haberse convencido de que no iba a poder ganarlo, pero San Lorenzo seguía agazapado y, en una de estas patriadas de Cuello, le dieron un pase atrás a Nehuén Paz, y Alexis, con mucha fe, fue a buscarla, le ganó con el hombro al experimentado defensor y se fue solo hacia el gol. La llevó con la zurda, ojos bien abiertos, la mirada fija ante la salida del arquero, y de zurda, la acomodó al lado del palo. 44 minutos del segundo tiempo, y la cancha explotó como hace mucho que no explotaba. La alegría de la gente de San Lorenzo no tenía nombre, no se podía dejar de festejar; el grito siguió muchos, muchos segundos resonando en todo el Bajo Flores.

Pero en este club si no se sufre no vale, y a los 49 Gill salió con los puños a rechazar un centro frontal, pero la pelota quedó en la puerta del área para que Sosa defina, Orlando no se achicó y salió como arquero de Handball, poniendo todo el cuerpo y logró contener el disparo. 

Fin del partido: vimos un festejo como hacía mucho tiempo que no veíamos. Los jugadores fueron a la tribuna a cantar con la gente, y el pueblo azulgrana siguió cantando varios minutos después del partido. Y cuando los jugadores se iban, antes de entrar al vestuario, no les alcanzó el festejo y volvieron a cantar con su público, con el que tuvieron una gran mancomunión. 

El pueblo Cuervo le agradeció a este equipo que, a pesar de todos los pesares, dejó todo en la cancha. 

El Ciclón ya está entre los ocho mejores. La semana que viene va a jugar una nueva final, no sabemos si en nuestra cancha o en La Paternal, pero en todo caso, los corazones azulgrana van a estar ahí, en cada jugador alentando con el alma.

VENGAN DE A UNO 


ORLANDO GILL 10 

Un partido casi perfecto, hasta en las que pareció salir mal, hizo lo correcto y fue capaz de quedarse con la pelota. La que le saca a Russo fue puro reflejos. 

EZEQUIEL HERRERA 4 

Fue importante solo en los últimos minutos cuando bloqueó un tiro al arco, en esos momentos ganó un par de pelotas. Pero antes flojo, se suele cerrar para ayudar a Romaña (que no lo necesita) y deja libre al extremo. Durmió en el gol. Buen tiro al arco.

JHOHAN ROMAÑA 6 

Terminó con lágrimas en los ojos, fue ovacionado como nunca en su vida. Si se va, se lleva en sus retinas el amor del pueblo cuervo. Buen partido aunque se nota que está con lo justo.

GASTÓN HERNÁNDEZ 7 

Un cruce de palomita para ahogarle el gol al hijo del técnico, seguridad toda la tarde, hoy no rompió líneas, pero fue impasable.

ELÍAS BÁEZ 6 

Solo sufrió un poco la subida de Saralegui y Moreno cuando Iker fue a jugar delante suyo. Con la vuelta de Jordi se acomodó. Trató de pesar en ataque, y hasta se animó a gambetear rivales en línea. Buen partido.

EZEQUIEL CERUTTI 7 

Una asistencia exquisita, el 9 solo tuvo que empujarla a la red. Con la expulsión de Irala se quedó a volantear y a ayudar a Herrera. Trató de tener la pelota y recibió varias faltas que el mediocre árbitro cobró cuando no le quedaba otra. Fue amonestado y Russo, con buen tino, lo sacó.

ELIÁN IRALA 1

Ya no podemos decir que es un pecado de juventud, pero en su defensa, hay gente que lo silba hasta cuando juega bien. Es verdad que el pase de Tripicchio no fue bueno porque iba hacia adelante, pero tuvo tiempo de pasarla. Error tremendo. Pidió perdón y se fue llorando. Ya está, ya pasó. Desde estas páginas vamos a seguir defendiendo el patrimonio del club.

NICOLÁS TRIPICCHIO 5 

A su favor fue haberse bancado el medio casi solo para la recuperación. No estuvo fino en los pases, y eso influyó en el equipo. Salió lesionado.

MALCOM BRAIDA 6 

El pase para el Pocho, 3 dedos, pera el primer gol fue extraordinario, de un tipo que sabe ver la cancha. No le resultó fácil su sector por la subida permanente, pero se las arregló con Báez. Importante también en el manejo de la pelota.

IKER MUNIAIN 6 

Tuvo poco contacto con la pelota, pero cuando la tuvo supo que hacer con ella. Se paró de doble 5 aunque la marca no es lo suyo. En el segundo tiempo con el ingreso de Cuello se adelantó para ayudar en la presión. Demostró un gran estado físico y que es capaz de dejar todo por esta camiseta. El más eufórico en los festejos.


ANDRÉS VOMBERGAR 7 

Además de empujarla al gol debemos remarcar lo que corrió, lo solidario que fue, lo que intentó casi en soledad, tratar de complicar la salida de Tigre. Trató de aguantarla hasta gambeteando. Mucho sacrificio.

 

MATÍAS REALI 5 

Entró con voluntad, aportó en la marca y por momentos ayudó a Cuello en la presión alta. 

ALEXIS CUELLO 10 

Un golazo autogestionado, la picardía, la convicción, la fe. Además la guapeza de ponerle el cuerpo con vehemencia a tipos con más kilos y experiencia. Un Cuello que con su fe nos metió en cuartos de final y un gol que recordaremos por años.

IGNACIO PERRUZZI s/c

Su segundo nombre es ORDEN, entró y el equipo se ordenó solo. Saliendo a derecha, a izquierda, da la impresión de que no necesita un doble 5 porque solo cubre la franja media. Llega su segunda titularidad?

NERY DOMÍNGUEZ s/c 

Entró para que aplaudan a Iker.

MIGUEL ANGEL RUSSO 7 

No solemos calificar a los técnicos, pero esta vez acertó en el planteo inicial y supo improvisar con un hombre menos sin enloquecer al plantel, supo volver atrás en un movimiento posicional que no dio resultado. Tal vez Cuello debió estar desde el entretiempo. Hizo 4 cambios. 


 
 
 

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