EL CICLÓN CAYÓ ANTE LA DUPLA ARASA - NOVELLI

San Lorenzo fue eliminado del torneo de la forma que muchos imaginábamos. La esperanza de que se detengan los arbitrajes absurdos chocó contra la realidad, nada les da vergüenza, nada los pone colorados, nada les importa, se saben impunes.

El equipo de Ayude dejó todo en el campo de juego y por sobre todo fue digno, y en su última función (esta dirigencia lo va a desmembrar) nos hizo sentir orgullosos. 

Claro que todos sabíamos que la designación de Arasa como árbitro y de Novelli en el VAR no era casual. Las estadísticas marcaban que al equipo de Toviggino le caía muy bien esta terna arbitral. Pero un partido de fútbol se puede ganar con buenas armas, cómo intentó hacerlo San Lorenzo, y todo el primer tiempo sin demasiado peligro por ningún lado, pero en el que San Lorenzo demostró ser más.

A pesar de que Arasa veía todas las chiquitas a favor del equipo santiagueño. San Lorenzo no tenía problemas, no pasaba sobresaltos. Y en la última jugada, Jhohan Romaña cortó una pelota en medio campo, la trasladó, rompió líneas y alargó para Facundo Gulli, que le pegó tres dedos de primera, clavándola en el ángulo. Golazo del chico, y el sueño de San Lorenzo empezaba a materializarse.

Claro, era en el último minuto del primer tiempo. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas de que en ese entretiempo sonaron celulares tanto en Ezeiza como en el vestuario del estadio Madre de Ciudades. Y ya, apenas iniciado el segundo tiempo, las cosas empezaron a dejar de ser sutiles. Ya no había necesidad de disimular; la impunidad que saben que tienen hace que no tengan problema en inventar lo que sea.

Y así, en un centro al área de San Lorenzo, Varaldo cayó delante de Ignacio Perruzzi. Arasa hizo señas de "no pasó nada", pero aún así Lucas Novelli desde Ezeiza lo llamó para que vea la jugada en el VAR. En el camino, el obediente árbitro aprovechó la ocasión para amonestar a Cerutti y a Romaña por el simple hecho de trotar al lado de él, en camino al VAR.

Obviamente, no necesitó mucho para convencerse de que ahí había un penal donde nadie lo había visto, ni siquiera para la transmisión de fútbol, que suele ser oficialista. Pero claro, iba a suceder, no podía pasar San Lorenzo. Debía pasar el equipo del patotero de Twitter. Transformado el penal en gol, el equipo de San Lorenzo, absolutamente sacado, y nuestro querido Romaña pisó el palito cuando el teñido Perelló simuló haber sido golpeado por el defensor santo, Arasa puso la frutilla del postre, segunda amarilla, no roja directa, segunda amarilla, para que el VAR no pudiera llamarlo, y San Lorenzo con diez.

Luego, una trompada del jugador Zalazar a Báez fue ignorada. Un codazo a Cerutti en la puerta del área ni siquiera fue cobrado, y no les importó más nada. El partido se definió con una gran jugada individual de Moyano, fue hasta el fondo y sacó un centro atrás para la entrada de Florentín, ante un San Lorenzo absolutamente sacado de partido. Tan sacado que Nery Domínguez pisó a un rival, como hubiéramos hecho cualquiera de nosotros con sangre en las venas. Y Arasa celebró dejar al Ciclón con nueve, que a pesar de eso no se achicó, trató de ir hasta el final. Pero la suerte, ya estaba echada.

Un nuevo triunfo de la inmundicia que es AFA. Un nuevo triunfo de la ilegalidad. Un nuevo triunfo de los que se cuelgan de la Copa del Mundo y de las Copas Américas tan bien logradas por los jugadores de la Selección, que fueron convertidos en cómplices de toda esta mugre que genera la AFA, amparándose en ellos.

Los heroicos cuervos que fueron hasta Santiago a pesar de saber que contra el poder no se puede aplaudieron y ovacionaron al equipo. Última función para un gran equipo de hombres y de chicos. Última función de un equipo que nos llenó de orgullo. Última función de un cuerpo técnico, jugadores e hinchas presentes que tienen que sacarse de encima a toda esta lacra de dirigentes que en complicidad con su jefe uno sospecha que van a desmembrar este equipo para cobrarse vaya a saber qué "deudas". Necesitamos que un poder superior al de la AFA intervenga en el fútbol argentino porque la impunidad debe terminar en algún momento.